Tomar la decisión de buscar el embarazo es uno de los momentos más bonitos e ilusionantes por los que puede atravesar una pareja.
Es una decisión que no solo implica la voluntad de ambos, también un compromiso y una implicación por parte de los dos, tanto durante el embarazo, como en los cuidados y educación del futuro bebé. Los dos tienen que poner su granito de arena y contribuir en la crianza del niño.
Si nos permiten hacer una pequeña similitud, cuando hablamos de fertilidad y embarazo, podríamos hacer una comparación similar. No es la primera vez que tratamos de eliminar ese viejo mito por el que siempre pensamos que los problemas de fertilidad se relacionan siempre con las mujeres, pero la realidad nos indica que, actualmente, los casos de infertilidad se reparten por igual entre hombres y mujeres.
En este sentido, y volviendo al principio, cuando una pareja lleva tiempo buscando su embarazo sin conseguirlo, independientemente de que se trate de su primer hijo o ya tuviera hijos previos, y recurren a un especialista en infertilidad para diagnosticar cualquier posible problema, es cada vez más importante que ambos miembros de la pareja se sometan a las pruebas oportunas para determinar si alguno de los dos, o los dos, presentan algún problema que impida la consecución del embarazo.
¿Por qué en The Fertile Group creemos que es beneficioso realizar un estudio de fertilidad tanto a la mujer como al hombre antes de empezar el tratamiento?
Como hemos mencionado, los problemas que afectan a la fertilidad de los pacientes, y damos buena cuenta de ello en nuestras consultas, se reparten de una manera muy similar entre los hombres y las mujeres que acuden a The Fertile Group cuando la pareja no logra el embarazo.
Por lo tanto, en primer lugar, poder realizar las pruebas necesarias a los dos miembros de la pareja de forma previa al inicio del tratamiento, nos permitirá tener una visión mucho más amplia y realizar un mejor diagnóstico de fertilidad.
De esta forma, por un lado, podemos determinar de una manera más eficiente y concreta cuál será el mejor tratamiento para lograr el embarazo y, sobre todo, reducir la duración del mismo, si no surgen más problemas, al tener el foco puesto y saber de antemano a los problemas que nos vamos a enfrentar.
Por poner un ejemplo, si solo atendiéramos a la mujer en este caso, y posteriormente, ante varios intentos sin éxito analizamos el factor masculino detectando un problema en sus espermatozoides, supondría una gran pérdida de tiempo y, sobre todo, un desgaste emocional innecesario en los pacientes, especialmente en la mujer.
¿Qué pruebas se realizan en un estudio de fertilidad?
En el caso de las mujeres, al margen de la revisión ginecológica y la prueba de Papanicolau, es conveniente completar el estudio con una serie de pruebas de forma que podamos conocer cuál es el estado de su fertilidad y nos ayuden a diagnosticar cualquier problema existente.
Las pruebas más comunes son las siguientes:
- Ultrasonido transvaginal: esta prueba suele realizarse en la primera visita con el especialista. Nos permite conocer el recuento de los folículos antrales y saber en qué estado se encuentran los ovarios, el útero y las trompas de Falopio.
- Análisis de la hormona Antimulleriana: a través de un análisis de sangre, estudiamos su resultado que, junto con el recuento de los folículos, determinarán el estado de la fertilidad de la paciente.
- Análisis del cariotipo: este tipo de pruebas nos permiten analizar si existen alteraciones en el número y estructura de los cromosomas que puedan afectar a la fertilidad.
Si sucediera que, a través de estas pruebas, tengamos la sospecha de que puede existir algún problema que afecte a la fertilidad de la paciente y dificulte la consecución del embarazo, es común que se realicen pruebas complementarias en las que tratemos de analizar posibles problemas en el útero o en las trompas de Falopio, como una posible obstrucción, o una evaluación de su endometrio.
Una vez se obtienen los resultados, y ante alguna sospecha, es probable que se realice alguna de las siguientes pruebas:
Si hablamos de los hombres, la prueba que se realiza de forma habitual es el llamado “seminograma”.
Para ello, extraemos una muestra de semen y analizamos ciertos parámetros de los espermatozoides como la concentración y movilidad. Los resultados nos permiten diagnosticar posibles alteraciones de los espermatozoides.
El seminograma también nos permite realizar un estudio microscópico de la morfología de los espermatozoides, determinando el porcentaje de espermatozoides normales y anormales, así como si las anomalías se localizan en la cabeza, la pieza intermedia o en la cola del mismo.
De igual forma, es conveniente estudiar la posible fragmentación en el ADN de los espermatozoides y el contenido cromosómico de los mismos.
Para cualquier información pueden contactar con The Fertile Group en:
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