La reproducción asistida se ha convertido durante los últimos años en una gran aliada para que muchas parejas y mujeres puedan formar una familia.
Como les hemos hablado en anteriores ocasiones, la edad de las pacientes es un factor al que hacemos frente cada día en The Fertile Group, siendo totalmente determinante en las opciones de lograr el embarazo, al descender la calidad y la cantidad de los óvulos según pasan los años y, posteriormente, por los riesgos de los embarazos en edades avanzadas.
En estos casos, la selección de los mejores embriones resulta clave para lograr el éxito del tratamiento.
Sin embargo, a veces ocurre que, tras realizar la transferencia de ese embrión, este no implanta y no se consigue el embarazo. Las causas de esta situación son muy diversas, desde factores genéticos a factores inmunológicos de la propia paciente que impidan el desarrollo del embarazo.
¿A qué llamamos fallo de implantación?
En primer lugar, aclaremos lo que es la implantación del embrión. Llamamos así al proceso por el cual éste se adhiere a la pared del útero materno dando lugar al embarazo, en nuestro caso después de la transferencia del embrión como parte de un tratamiento de Fecundación in Vitro. Para ello, al margen de un buen embrión, también es importante que el cuerpo de la mujer se encuentre preparado y que su endometrio esté receptivo.
Sin embargo, para que podamos hablar de fallos de implantación del embrión deben darse una serie de requisitos.
Debemos considerar que es así cuando no se ha conseguido el embarazo después de realizar 3 ciclos de tratamientos de Fecundación in Vitro (o 2 ciclos con óvulos de una donante) siempre que se den las siguientes circunstancias:
- Los embriones se han transferido en estado de blastocisto y de buena calidad
- No se ha dado ningún problema durante la transferencia
- La paciente no muestra ningún problema evidente en su útero
¿Cuál puede ser la causa de que se produzca el fallo de implantación?
Podemos encontrar diferentes explicaciones para conocer por qué no se ha producido la implantación del embrión.
En este caso, podemos diferenciar entre los posibles factores que se asocian al embrión o si, por el contrario, encontramos algún problema en la paciente.
Las causas más comunes por las que se producen estos fallos de implantación son las siguientes:
- Problemas asociados al propio embrión:
En cuanto a los problemas que se pueden dar por el propio embrión, generalmente se relacionan con alteraciones genéticas que impiden la implantación. Estas alteraciones genéticas pueden tener su origen en alguno de los progenitores.
Es recomendable, en especial cuando la mujer o los dos miembros de la pareja tienen cierta edad, realizar un análisis genético de los embriones de forma que podamos descartar aquellos que, una vez analizados, verifiquemos que muestran alguna anomalía genética o cromosómica de forma que aumenten tanto las opciones de lograr el embarazo como del nacimiento del bebé sano.
- Problemas asociados a la paciente:
En este caso, los factores que impiden la implantación del embrión son diversos, desde problema en el propio endometrio de la paciente o, incluso, malformaciones en su útero o factores inmunológicos de su propio organismo.
Los factores más comunes son los siguientes:
O Alteraciones anatómicas:
La presencia de miomas o malformaciones que afecten la cavidad endometrial que se encuentra en el útero podrían dificultar la implantación, así como la presencia de daño tubárico, tipo hidrosalpinx.
O Endometrio no receptivo:
Se produce cuando la llamada “ventana de implantación” no coincide en el tiempo con la realización de transferencia embrionaria.
Esta ventana suele darse en torno al séptimo día tras la ovulación, y es objeto de intenso estudio. Actualmente existen diversas pruebas que nos permiten conocer cuando el endometrio se encuentra en su momento óptimo para la implantación y aumentar, así, las probabilidades de embarazo.
O Alteraciones inmunológicas:
Se dan las situaciones en las que nuestro propio organismo rechaza el embrión al identificarlo como un cuerpo extraño. En ese momento, nuestro propio sistema inmune ataca, por así decirlo, a las propias células del embrión impidiendo que tenga lugar la implantación. Esto provoca el rechazo de la implantación del embrión en el útero de la mujer.
Es cierto que no se trata de la causa más frecuente de estos fallos, aunque muchas veces explica los fallos reproductivos cuando se ha hecho la transferencia de embriones completamente sanos sin lograr embarazo.
O Trombofilias:
Las trombofilias son condiciones que impiden que la sangre coagule como debe y pueda provocar, por ejemplo, una trombosis, posible causante, también de abortos de repetición. A pesar de que la asociación entre las trombofilias congénitas y el fallo de implantación no ha sido demostrada, un diagnóstico y tratamiento oportuno pueden mejorar los resultados y reducir complicaciones.
Para cualquier información pueden contactar con The Fertile Group en:
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