Cuando hablamos de reserva ovárica, nos referimos al número de óvulos que una mujer produce de forma natural en cada ciclo. Este dato, nos permite conocer el estado actual de la fertilidad de una paciente.
Es importante que todas las mujeres sepan que su reserva ovárica comienza a descender según pasan los años, igual que la calidad de sus óvulos comienza a ser peor con la edad.
Conocer la reserva ovárica de una paciente es crucial para poder tomar las mejores decisiones de cara a la búsqueda del embarazo o valorar otras alternativas como la preservación de la fertilidad para buscar su embarazo en el futuro.
¿Cómo podemos conocer la reserva ovárica de una paciente?
Como hemos mencionado, la reserva ovárica nos permite conocer la cantidad de óvulos que una mujer tiene en el momento en el que se realiza las pruebas. La edad es sin duda un factor crucial, ya que según pasan los años, la cantidad de óvulos que produce de forma natural es menor, por lo que las posibilidades de conseguir el embarazo de forma natural son menores. Este descenso se pronuncia a partir de los 35 años, y de forma severa hacia los 37.
Sabemos que el momento en el que, actualmente, buscan el embarazo no siempre coincide con la etapa más fértil de la mujer. Cada vez se retrasa más el momento, generalmente debido a la búsqueda de estabilidad económica o laboral, e incluso por la ausencia de una pareja estable.
Por este motivo, es importante que llegada cierta edad, las mujeres conozcan la situación de su reserva ovárica y pueden tomar decisiones de cara a planificar su maternidad, o bien, optar por otras opciones como la preservación de la fertilidad para disponer sus óvulos en el momento oportuno sin que estos pierdan calidad con los años.
Para conocer la reserva ovárica de las mujeres, la prueba más común es la medición de la hormona Antimulleriana (AMH). Para ello se realiza un sencillo análisis de sangre que nos indica los niveles actuales de fertilidad y nos permite saber en qué momento se encuentra la fertilidad de la paciente. Algunas condiciones propias de la mujer pueden hacer variable el valor como por ejemplo enfermedades autoinmunes tipo Lupus, ser portadoras de mutaciones BRCA-1, endometriosis, tabaquismo, obesidad o cirugías previas e incluso el uso de anticonceptivos o deficiencias de vitamina D, por tanto, una interpretación médica siempre es prudente.
En este sentido, es importante realizar esta prueba antes de los 35 años, momento en el que la fertilidad puede comenzar a verse comprometida.
Para cualquier información pueden contactar con The Fertile Group en:
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