Skip to main content

El útero, en realidad, es un músculo más de nuestro cuerpo. Por lo tanto, cuando hablamos de las contracciones, lo primero que debemos entender es que no son más que los movimientos propios de cualquier músculo, que, como suele ocurrir, pueden contraerse o relajarse.

Aunque no seamos siempre conscientes de ello, se dan muchas situaciones en las que se producen este tipo de contracciones en el útero. Por citar un caso muy común, sucede siempre cuando llega la menstruación ya que de esta forma ayudamos a que se produzca la expulsión del sangrado.

De hecho, durante el embarazo, las contracciones son muy frecuentes, en especial durante el segundo y tercer trimestre y, podemos decir, que nos preparan para la llegada del momento del parto.

Es cierto que estas contracciones, en especial cuando se acerca el fin del embarazo o la fecha estimada para dar a luz, pueden llevarnos a confusión por lo que conviene saber las diferencias entre unas y otras.

¿Cómo diferenciamos las contracciones durante el embarazo de las propias del parto?

Como han leído, las contracciones no son siempre una señal de que nuestro bebé está en camino, ni mucho menos tampoco de que algo no esté saliendo en el embarazo como debiera. En muchas ocasiones, estas contracciones son propias de los estados de tensión o relajación del útero durante el embarazo.

Además, por lo general, estas contracciones que suceden con frecuencia, suelen ser de una duración corta y de una intensidad muy moderada que suelen desaparecer cuando nuestro cuerpo se relaja.

Seguro que se preguntan cómo pueden, entonces, diferenciar las contracciones que podemos considerar habituales de las que nos indican que realmente estamos de parto, ¿verdad?

Podemos considerar que hay dos tipos de contracciones. Les explicamos:

  • Las “contracciones falsas” en relación al parto, llamadas “contracciones de Braxton Hicks”, suelen ocurrir a partir del segundo trimestre de gestación, siendo más notables según sigue avanzando el embarazo.

Estas contracciones se suelen sentir en la parte baja del abdomen y en la zona de las ingles.

La manera de diferenciarlas de las contracciones del parto es que mientras estas “falsas contracciones” suelen ser cortas y con un dolor relativamente leve, las contracciones que nos indican la llegada del parto suelen ser más largas e, importante, aumentan su intensidad y dolor según pasa el tiempo.

  • Por el contrario, las contracciones propias del parto son siempre bastante dolorosas, muestran un aumento progresivo de este dolor y las sentimos en la espalda en un primer momento, para extenderse hacia la zona abdominal. Además, suelen repetirse aproximadamente cada 10 minutos con una frecuencia de 3 a 5 contracciones en este tiempo mientras aumenta también su duración.

De hecho, es habitual sentir contracciones con un dolor muy intenso cuya duración puede ser de hasta un minuto de duración.

¿Hay otras formas de saber si ha llegado el momento del parto?

La presencia de contracciones son solo un primer síntoma de la llegada del embarazo, tal vez, eso sí, el que podemos detectar con mayor facilidad.

Pero, además de las contracturas, en nuestro cuerpo también se van a producir una serie de efectos que nos indican que ha llegado el momento. Son los siguientes:

  • Expulsión del tapón mucoso:

Suele expulsarse unos días antes o justo al comenzar el parto. Este tapón se forma al comenzar el embarazo en el cuello del útero y evita posibles infecciones en el feto durante la gestación.

  • Rotura del saco amniótico:

Cuando se rompa la “bolsa” que contiene el líquido amniótico, podemos estar seguras de que ha llegado el momento en el que nuestro bebé está ya muy cerca de salir al mundo.

  • Dilatación del cuello uterino:

Cuando el parto está teniendo lugar, es normal que el cuello uterino pueda dilatar entre 3 y 4 centímetros, aunque, en comparación con las anteriores, es complejo que una persona pueda darse cuenta de ello.

 

Para cualquier información pueden contactar con The Fertile Group en:

info@fertileg.com

+507 382 14 00/01